Diapasons et musique : pourquoi un diapason ?

Diapasones y música: ¿por qué un diapasón?

El diapasón tiene una fascinante relación con la música que se remonta a siglos atrás y revela la evolución de nuestra comprensión del sonido y la armonización musical. Sin embargo, es importante considerar todas las culturas del mundo, así como todas las escalas y modos sonoros y musicales, para mantener una visión amplia, no solo una perspectiva occidental, del uso de diapasones y frecuencias en la música.

Orígenes primarios

La idea de usar objetos metálicos para producir sonidos de referencia se remonta a varios siglos atrás. Los herreros observaron que sus martillos producían sonidos diferentes según su tamaño y peso, una observación que inspiró las primeras reflexiones sobre las relaciones matemáticas entre los sonidos.
Interesante pues porque según la leyenda, se nos dice que fue un tal “Pitágoras” quien tuvo esta reflexión con los yunques y definió las longitudes matemáticas que conocemos.
Además, se nos dice que el concepto matemático de Pitágoras se basa en intervalos de quintas puras y que este concepto nos permite oír números y no música. En retrospectiva, también aquí, cabe considerar que la escala pitagórica se basa en cálculos matemáticos humanos que no están realmente vinculados a las leyes de la naturaleza, como el canto de los pájaros, por ejemplo, que no utiliza un diapasón específico. Al igual que los humanos, cuando nos comunicamos con palabras, no necesitamos afinarnos; la armonía y la elección de nuestras palabras deben ser coherentes con el camino del corazón.

La invención del diapasón moderno

El diapasón, tal como lo conocemos hoy, fue inventado en 1711 por John Shore, laudista y trompetista inglés de la corte real. Esta innovación revolucionó la práctica musical al proporcionar, por primera vez, un estándar de sonido portátil y fiable.


El desafío de afinar antes del diapasón

Antes de su invención, los músicos afinaban la guitarra relativamente entre sí, lo que planteaba enormes problemas:

  • Cada región, cada orquesta tenía su propio tono de referencia.
  • Era imposible conseguir que músicos de diferentes ciudades tocaran juntos
  • Los instrumentos de teclado no podían acompañar fácilmente a otros instrumentos.

La evolución de las frecuencias de referencia

La historia del diapasón revela una feroz batalla para estandarizar el tono musical:

  • En el siglo XVIII, la "A" variaba entre 380 y 450 Hz dependiendo de la región.
  • París utilizó una "A" a 404 Hz, Londres a 423 Hz, Viena a 435 Hz
  • Esta anarquía creó problemas considerables para los músicos viajeros.

La revolución de la estandarización

En 1859, una comisión francesa fijó oficialmente el «A» en 435 Hz (tono normal). Posteriormente, en 1939, una conferencia internacional adoptó el «A» en 440 Hz, que se ha convertido en el estándar mundial actual con una norma ISO (norma comercial e industrial), aunque algunas orquestas a veces utilizan 442 o 443 Hz para mayor brillantez. Aquí también vemos que en la música no existe un tono preciso ni un tono de referencia.

Al igual que en la pintura, en el arte resulta complicado fijar un punto de conceptualización, como ocurre en la música con el diapasón. Es como si los pintores se vieran obligados a usar un solo tipo de pincel o un solo tono de color cuando existe una infinidad de matices posibles. Es incoherente y arbitrario; de ahí la noción de estándar industrial y comercial con una ISO que otorga un valor material a una herramienta universal de expresión.

Impacto en la fabricación de instrumentos

El diapasón tuvo una profunda influencia en la construcción de instrumentos:

  • Los constructores de órganos finalmente pudieron estandarizar sus tubos.
  • Los luthiers adaptaron la tensión de las cuerdas a tonos fijos.
  • La industria musical fue capaz de desarrollar instrumentos universalmente compatibles

Usos prácticos

Más allá de la afinación, el diapasón se convirtió en una herramienta educativa esencial:

  • Entrenando el oído musical
  • Verificación de la precisión en la enseñanza
  • Calibración de instrumentos electrónicos modernos

El diapasón representa así mucho más que una simple herramienta: simboliza la búsqueda de la universalidad en la música y la victoria de la estandarización sobre la anarquía sonora que antaño reinaba.

Así, hoy en día es fácil para todos los músicos poder tocar juntos al mismo tono.

Sin embargo, desde hace varios años, muchos músicos, ya sean curiosos o terapeutas, están profundizando en el tema para comprender, a nivel biológico o emocional, los aportes reales de las frecuencias y su capacidad para ser compatibles con lo vivo.

Y aquí hay algunas referencias históricas a las frecuencias del diapasón:

Período barroco (siglos XVII-XVIII)

Tono barroco bajo : aproximadamente 392-415 Hz

  • Los instrumentos de época, como los clavicordios y los órganos barrocos, estaban afinados más gravemente que hoy.
  • Este tono permitió un sonido más suave y coincidió con las cuerdas de tripa utilizadas en ese momento.

siglo XVIII - variaciones geográficas

Francia (Versalles) : aproximadamente 404 Hz Norte de Alemania : aproximadamente 415-420 Hz
Venecia : alrededor de 440 Hz (ya cerca de lo moderno) Londres : alrededor de 420-425 Hz

Siglo XIX - ascenso gradual

Principios del siglo XIX : 422-430 Hz

  • La tendencia era hacia un aumento gradual de la altura.
  • Las orquestas buscaban más brillantez y proyección.

Mediados del siglo XIX (alrededor de 1850) : 435-445 Hz

  • Gran variabilidad entre ciudades europeas
  • En París se utilizaba a menudo el diapasón francés normal de 435 Hz.

Estándares modernos

1885 - Conferencia de Viena : 435 Hz

  • Primer intento de estandarización internacional

1939 - Conferencia de Londres : 440 Hz

  • Adopción del A 440 como referencia internacional
  • Confirmado por ISO en 1955

1975 - Norma ISO 16 : 440 Hz a 20 °C

  • Estandarización final con precisión de temperatura

Variaciones contemporáneas

Música barroca auténtica : 415 Hz o 392 Hz Orquestas románticas : 435-445 Hz
Orquestas modernas : generalmente 440-444 Hz Algunas orquestas prestigiosas : hasta 445-446 Hz para mayor brillantez

Esta evolución refleja los cambios en la estética musical, el progreso técnico en la fabricación de instrumentos y las necesidades expresivas de cada época.


¿440 o 432 Hz?

En música se nos impuso un estándar con A4 a una altura de 440 Hz.
Durante los últimos 15 años, hemos visto a más y más personas, especialmente en los sectores de la salud y el bienestar, utilizar el diapasón A4 a 432 Hz más que el diapasón de 440 Hz.

¿Por qué razones?
Se ha descubierto que la música de 432 Hz tiene un efecto más beneficioso sobre la salud física y mental que la de 440 Hz.
Además está el hecho de que los músicos que utilizan los 432 Hz lo hacen de manera consciente y con una intención precisa, lo que optimiza aún más la información y su emisión porque con una intención del corazón, el músico o practicante envía una parte de su propia luz la cual codificará en una vibración sonora.

Y como este 432 Hz está más cerca que 440 Hz de la frecuencia de resonancia de la molécula de agua H2O, que vibra a 429,62 Hz en la octava 77, es coherente entender que 432 Hz está más conectado con nuestras vibraciones naturales que un diapasón con estándares industriales y comerciales. 432 Hz es por tanto un diapasón más "natural" que 440 Hz, y su uso está cada vez más extendido.

Y la frecuencia del agua a 429,62 Hz en todo esto, ¿buena o no buena para la música?

Siendo el primero en el mundo en utilizar esta frecuencia de agua H2O durante más de 5 años, puedo compartir con ustedes testimonios importantes de músicos o científicos para comprender mejor cómo utilizar una frecuencia para la música y cómo utilizar frecuencias de resonancia de moléculas como H2O para la terapia de sonido y el cuidado del sonido porque no es del todo relevante afinar un instrumento físico a esta frecuencia de 429,62 Hz.
Sólo las computadoras permiten este tipo de ejercicio y si los músicos fueran honestos al utilizar esta frecuencia, sabrían que no es del todo coherente querer afinar un instrumento físico a la frecuencia de resonancia del agua H2O.

En 2021, conseguí que me fabricaran un handpan a la frecuencia de resonancia del agua H₂O, y les aseguro que no es fácil construir un instrumento con esta proporción matemática. Tampoco podemos tocar con todos, pero sobre todo, es ridículo pretender que esta frecuencia de afinación sea mejor que otra, porque en música, los maestros de la música clásica nos han demostrado que la afinación es una cuestión de puro sentimiento, no de matemáticas.



Por mi parte, la mayoría de la herbolaria sonora está en 429,62 Hz porque es parte integral de mi trabajo e investigación sobre frecuencias y soy el primero en promover esta frecuencia.

Tenemos excelentes resultados en la terapia con estas frecuencias en diapasones terapéuticos porque enviamos información precisa biocompatible al cuerpo y éste logrará estimular por bioresonancia determinadas zonas y administrar la dosis adecuada porque gracias a las propiedades del sonido no hay efectos secundarios, no es intrusivo y tampoco hay sobredosis.

Por lo tanto, recomiendo tocar a 432 Hz para la música y utilizar diapasones como terapia como una forma de regular o estimular el cuerpo utilizando información biocompatible precisa.

Tenemos excelentes resultados en las dos frecuencias del agua H2O y H3O2 - pero también en las frecuencias de resonancia de los neurotransmisores, vitaminas etc... porque estas frecuencias son verdaderamente biocompatibles y nos permiten entender que somos una radio orgánica y podemos simplemente emitir y recibir información de vida.

La alegría del corazón nos muestra nuestra capacidad de irradiar cosas buenas y positivas a nuestro alrededor. Por eso, es importante irradiar con el corazón para que las armonías de la vida formen una hermosa sinfonía, pues ya conocemos todas las frecuencias de la vida, pues siempre han vivido y vibrado en nuestro interior.

En un próximo artículo explicaré la importancia de las frecuencias de resonancia del agua H2O y de la cuarta fase del agua H3O2- para comprender mejor cómo utilizarlas para una buena armonización de nuestras células a nivel molecular.

La naturaleza nos habla, escuchémosla.

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